El Ballet Imperial Ruso selecciona a treinta niños para la versión de ‘El Cascanueces’ que visita Málaga en diciembre. Se pide talento y una sonrisa.
Clara Rengel es capaz de levantar la pierna hasta la cabeza casi sin esfuerzo. «Se hace así, mira», dice mientras ejecuta una maniobra imposible para la inmensa mayoría. A su lado Ana Villalón, de nueve, demuestra que el ‘spagat’ -separar las piernas sobre el suelo- no tiene dificultad para ella. Y con solo cuatro años, Anita León se cruza el escenario del Teatro Cervantes con un coco perfecto en la cabeza y andando sobre las puntas de sus pies. Medio centenar de aprendices de baile participaron ayer en el ‘casting’ que el Ballet Imperial Ruso convocó en Málaga para buscar a los niños de ‘El Cascanueces’, un clásico navideño que llega al Cervantes el 17 y 18 de diciembre.
Tienen entre cuatro y quince años, pero para ellos esto no es ningún juego. Compartir las tablas con profesionales de primer nivel es «un sueño». «Un paso más en mi carrera de bailarina», asegura Sofía Pérez, de 10 años. La danza exige disciplina, les quita tiempo de estar con los amigos y requiere de sacrificios. Pero «en el escenario te sientes especial», argumenta Patricia Jiménez, de nueve años.
«Lo importante es que ellos quieran bailar, que dominen algo de técnica y tengan siempre una sonrisa», detalla Radamaría Duminica, solista principal de la compañía. A ella le correspondía mostrar a los aspirantes -la mayoría de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM)- la coreografía. Primero trabaja con «los angelitos», los más pequeños. «Es una alegría. Se emocionan con todo», asegura la productora Tatiana Solovieva. Mientras observa cómo se defienden con el ‘pas de bourrée’, apunta que la «posición del cuerpo» es la clave.
Turno después para aquellos que darán vida a «los enanos». Se lucen en piruetas, ‘spagat’ y un toque de interpretación. Se presentan doce para los seis puestos… «pero son tan buenos que seis bailarán un día y los otros al siguiente», confirma Solovieva. Otro tercer grupo muestra a continuación los pasos con los que animarán la escena de la fiesta. En total serán 30 los niños que participarán en Málaga en esta versión de Gediminas Taranda, solista durante catorce años del Teatro Bolshoi de Moscú y artista de honor de Rusia. No necesitan de momento la técnica de un profesional, pero sí «talento». Y eso les sobra.
Noticia vía: El diario Sur
Noticia en la Opinión de Málaga: http://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2013/10/22/ninos-malaguenos-ballet-imperial-ruso/625666.html